martes, 23 de octubre de 2012

Ocaso encendido - María A. Mónaco



A Rafael I.

Ocaso encendido


Tus palabras se vuelcan en la escena

sin ninguna complacencia

con la finitud del mundo,

con la medida dada,

con los tonos de las sombras conocidas.

Tu inquietud galopa como roja madrugada

que se contempla desde un puente.

Aquí y Mas Allá se desvanece

toda voluntad de entendimiento:

los sueños liberados son la esencia

del ojo que se posa.

No importa el ayer ni su abstracto pergamino.

El viento ha rotado hacia el ocaso encendido.

Acaso nunca serás (ni seré) un poeta domesticado.



María A. Mónaco

18-10-2012

martes, 16 de octubre de 2012

Suave encantamiento - Macedonio Fernández


Suave encantamiento
Profundos y plenos
cual dos graciosas y pequeñas inmensidades
moran tus ojos en tu rostro
como dueños;
y cuando en su fondo
veo jugar y ascender
la llama de un alma radiosa
parece que la mañana se incorpora
luminosa, allá entre mar y cielo,
sobre la línea que soñando se mece
entre los dos azules imperios,
la línea en que nuestro corazón se detiene
para que sus esperanzas la acaricien
y la bese nuestra mirada,
cuando nuestro ser contempla
enjugando sus lágrimas
y, silenciosamente,
se abre a todas las brisas de la Vida;
cuando miramos
las cenizas de los días que fueron
flotando en el Pasado
como en el fondo del camino
el polvo de nuestras peregrinaciones.
ojos que se abren como las mañanas
y que cerrándose dejan caer la tarde.

Macedonio Fernández (1874-1952)

Publicado el 14 de noviembre de 1904 en Martín Fierro