Nocturno
La noche respiró en mi
oído
y arrojó su catarata de
luces.
No pude dormir en horas
deshojando el cielo de
fuego.
Cortesía de cristal y
pestañas.
Decisión milésima de tu brazo.
¿Puedes ver mi huella sin
rostro
trepando en rocío hacia la
luna?
Busca las canciones de
ancestro
que emocionan la piel y
los dedos.
No hay secreto en la brisa
marina:
el rumor de las sales
puede elevarse.
Te espero hace siglos y
surcos
en el áureo recodo de las
caracolas.
María A. Mónaco