El tiempo gira como engranaje desvariado.
Exhalo del ayer lo que fuga de mi blusa
con el dolor irremediable de los no
(no dichos no negados no queridos no)
La alfombra del pasado me destierra
de los mágicos paisajes
que acaso asoman de los libros sin prensa.
El azul ha teñido de universo el fondo de mis ojos
(no decide mi mente no)
Ahora es tiempo de mi esencia,
de estrenar mi otra vida:
la que espera ingrávida entre esas lámparas de nácar
que encierran las estrellas,
mientras un chamán agita una bolsa de semillas.
María A. Mónaco